Hoy me ha picado el gusanillo de escribir más allá de la pseudo obligación diaria de hacerlo en
Solohockey.NET por aquello de que uno se debe a sus lectores. El primer problema ha sido enfrentarse al folio en blanco: sobre qué escribir o por dónde empezar eran cuestiones que hacía tiempo no me planteaba.
En los últimos meses me he acostumbrado a funcionar prácticamente sin tiempo para reflexionar. Las obligaciones laborales de estas últimas semanas unidas a un sinfín de acontecimientos personales han reducido mi tiempo para este blogg hasta límites insospechados. Tanto que ni siquiera he hecho aún la lista de regalos de Navidad y de nuevos propósitos para el año que está a la vuelta de la esquina.
Llevo 139 palabras según el contador de palabras del Word y pese a no haber entrado aún en materia -al menos en una concreta- las ideas no paran de amontonarse en alguna parte de mi materia gris buscando llegar al teclado de mi ordenador. Esta situación me ha hecho pensar en aquellas redacciones de "tema libre" que nos mandaban en la escuela para rellenar las horas muertas que el maestro salesiano de turno no había pensado como rellenar. El pedagogo no hacía otra cosa que echar balones fuera y traspasarnos la responsabilidad a nosotros, noveles alumnos que se estrujaban la cabeza en busca de algo más atractivo que las últimas vacaciones o los regalos que los Reyes Magos habían dejado en casa.
Algo parecido ha debido pasarle en los últimos años a la banca mundial. Más preocupados en cómo aumentar su balance de beneficios que en apostar por si mismos, cedieron la gestión de sus fondos a empresas extranjeras de la que se fiaron en exceso y ahora están pagando las consecuencias. Me preocupa que en el ámbito deportivo el hockey atraviese por algo parecido, más preocupado por cómo conseguir beneficios -o al menos reducir gastos- que de apostar por sí mismo. Sin embargo, este es un blogg personal y voy a renunciar a entrar en un tema que me llevaría ineludiblemente a la pseudos obligación de la que hablábamos en la primera línea. ¿Estaré yo también echando balones fuera para acabar el texto de hoy?
Prometo escribir más a menudo.